Confitería San Rafael (Antonia Díaz) - Dos Hermanas, Sevilla

Joaquín Román

Una decepción después de muchos años disfrutando de sus dulces, pasteles y tartas. Han bajado tanto la calidad que ya es todo congelado como en cualquier centro comercial, pero con una calidad peor en algunas cosas y a un precio de Confitería artesanal de verdad.
Los productos de 5 gama son una delicia con lo que ahora son presentan.
El Rosco de Reyes tradicional en mi familia se compra aquí, ha sido lo más malo que he comido nunca, duro, seco y sin sabor.
Me habían dicho que estaban este año muy malos pero no podía creerlo por los años que llevaba comprándolo pero se quedaban cortos en los malo que está.
Es como si alguien cogiese una viena de pan viejo y correoso y le pusiera nata congelada dentro.
Bueno otra empresa tradicional de dos hermanas que pronto si sigue así por la gestión que están haciendo se cerrara y se perderá.

Paloma Alcaide Barrera

Vine esta tarde por una bandeja de pasteles surtidos que yo misma elegí.
Me atendió una joven morena con pelo largo y coleta.
Al llegar a casa y empezar a tomarnos los pasteles con mis suegros, nos dimos cuenta de que todos los pasteles que tenían hojaldre (la mayoría, la verdad), estaban duros en el interior, bastante duros, no duros de congelados, sino de haber sido de hace un par de días y no estar frescos.
Volví a la confitería ha pedir la devolución debido al motivo, y lo que me dijeron es que si, me iban a devolver el dinero, pero que la próxima vez no devolviera los pasteles de la manera que los había devuelto.
Para aclarar, los pasteles habían sido partidos en trozos para compartir entre todos y en el medio se encontraban los restos de pasteles de hojaldre partidos y mordidos.
Le dije que no era apropiado que me dijera eso, que como se suponía que debía haber devuelto los pasteles después de haberlos probado?

Está confitería ya no es lo que era.
Todos los comentarios parecidos referentes a la calidad de los pasteles son verdad.
Pero ya no solo es eso, que yo pierda el tiempo llamando al número de telefonía asignado (QUE NO FUNCIONA), y que vuelva a venir al sitio a explicar y devolver esto, y que me contesten así es muy de maleducado.

Alvaro Nistal

Pedimos unos cuantos pasteles para llevar porque mi familia venía a casa a tomar algo, y siempre he escuchado que San Rafael es sinónimo de calidad y tradición en Dos Hermanas. Vaya chasco.

Las palmeras no se podían cortar con el cuchillo de lo duro que estaba el hojaldre, serían de ayer o antes de ayer. Los palos de nata eran más palos que nata, bizcocho reseco y nata insulsa, una pasta blanca. El pastel rosa otro como una piedra, y la crema estaba oscurecida por fuera, de haberse llevado mucho tiempo en el frigorífico. Y la tarta red velvet, porque tenía el bizcocho rojo, porque ni crema de queso ni nada, todo nata insulsa y bizcocho que se queda en migas.

Que vergüenza me habéis hecho pasar delante de mi familia con el despliegue desastroso de pasteles. Tendría yo que ver si pasáis una inspección de sanidad, porque manejar ingredientes tan delicados y que estén en mal estado dice mucho de un negocio.

Para la guinda al pastel, cuando mi mujer va a devolver la guarrería de pasteles que compramos, no solo no se disculpan por el desastre, si no que piden que no se los devuelva así, a trozos y medio comidos. Pero que poquísima vergüenza.

Voy a asegurarme de hablar mal de vosotros a todo el que me cruce y pregunte por pastelerías, a ver si así aprendéis a tener modales y tratar a los clientes como somos, clientes.

Eugenia Ruiz

Buscaba una tarta artesanal para el cumpleaños de una persona muy especial y en esta pastelería se han lucido, en calidad y tradición. La verdad tiene un surtido de pasteles para todos los gustos. Destacar a sus vendedores pues la atención es magnífica. Además está muy cerca del casco antiguo, para tomar una buena tapa y echar un rato agradable en compañía de tus amigos o familiares. 10/10

Rosario Moron

Tradición familiar el roscón de nata de San Rafael. Este año ha sido una verdadera decepción. El bollo estaba duro y la nata insípida. Por mucho que a los señores propietarios les molesten las opiniones de los clientes, trabajar de cara al público lleva implícito recibir críticas.
Quería comentar también que no se puede subir los precios mientras se disminuye la calidad, como está ocurriendo desde hace unos años.
Es una verdadera pena que un negocio de tantos años conocido por su gran calidad, esté decayendo de esta manera.
Por supuesto, no volveremos.

TF Carlos

El local ha cambiado de dueño y se nota las trabajadoras son excelentes. Todo estaba bien los pasteles ricos y el café excelente.

Hasta que un borracho (Por lo visto recurrente ya que lo he visto ebrio varias veces.) empezó a gritar y a insultar a una empleada, luego salieron llorando, por lo visto este hombre es el dueño que explota laboralmente y psicológicamente a los empleados con turnos larguísimos sin días libres por semanas.

Asqueroso no quiero contribuir ni un segundo más a que mi tiempo y dinero se dirija a este sub hombre con aires de superioridad. No recomiendo ni este ni, ningún San Rafael, fue un momento realmente duro de ver por los insultos y maltratos que ejercía.

Carlos

Lametable la bajada de calidad que ha tenido este negocio, decepcionante. Dulces industriales a precios de pasteleria artesana, todo postureo
. El merengue antes tenia cuerpo y buen sabor, ahora tiene la textura de espuma de afeitar. Muchos pasteles de nata, no llevan nata, es una pasta blanca sin sabor. Los bizcochos de las tartas duros y secos.
Antes recomendaba este local a gente de fuera de DH, ahora ni yo volveré a ir. Una verdadera pena lo de este sitio mitico de d
Dos Hermanas. L@s camarer@s es lo unico que se salva, rapidos, atentos y amables.

Silvia

Iba a escribir mi experiencia con esta nefasta pastelería pero leyendo los comentarios creo que no es necesario apostillar el pésimo servicio y mala calidad de sus pasteles congelados. Las camareras son desagradables pero leyendo las respuestas que da el que se llama "propietario" a cada comentario ¿qué podemos esperar? Un señor que no tiene ni la más mínima educación y que con cada respuesta deja por el suelo el negocio heredado que sus familiares levantaron sabiendo tratar al público y dando calidad. Está claro que esta pastelería está en decadencia.